PÁGINA 7: PRIMER DIA (ENTERO) COMO HOSPITALERA

2/4/19


Volví al albergue en bus desde Santo Domingo sobre las 14hs, horario en que los peregrinos empiezan a aparecer.
Al mismo tiempo que yo llegaron tres inglesas, por lo que ya teníamos superada la cantidad del día anterior. Ellas nos dijeron que detrás de ellas venían tres más de su grupo, gente que habían conocido durante el Camino, por lo que Anna y yo ya nos preparamos para un primer día con más movimiento que el día de "entrenamiento".
Llegaron esos tres, también de Inglaterra, pero además apareció uno de Alaska, otro de Costa Rica, una madre e hija de Brasil, me dí vuelta y ví un par de otros más que se saludaba con el grupo. En un par de horas habíamos recibido a 15 peregrinos.
Algunos de ellos venían con bastante energía y otros bastante adoloridos. Descansaron, se acomodaron en sus colchonetas, hicimos café, una de ellas hizo trucos de magia con los naipes, charlamos y se fueron recuperando.
John de Alaska se encontró con la guitarra del albergue y empezó a tocar y a cantar, y justo llegó el cura de la parroquia y le gustó la versión que John estaba haciendo de la canción "Allelujah", y entonces lo invitó -traducción mediante- a cantarla durante la misa en el momento de preparar las ofrendas. Al principio le dió vergüenza pero en seguida aceptó.
Por las 5 de la tarde empezamos a preparar la cena, para la que había que contarlos a ellos, más a nosotras dos, más a Aitor (uno de los albañiles voluntarios), más el cura que vino a cenar. Entre tantos que eran hubo varios voluntarios dispuestos a hacerse cargo de la cocina, mientras Anna y yo veíamos  que tuvieran todos los ingredientes y utensilios, y también fuimos armando la mesa larga.
A las 7 llegó la hora de la misa,  asique allá fuimos, y fué muy emotivo para nosotros porque cantó hermoso, y porque estábamos todos los del albergue en la capillita, más algunas personas del pueblo. También se hizo la bendición a los peregrinos, y aunque seamos creyentes o no, siempre nos gusta formar parte de las tradiciones del camino y de todo lo que nos traiga.



Después de la misa llegó la hora de comer. Hubo pasta y un guiso de legumbres, ensalada y vino de La Rioja y de otros lados.
Por allá cuando ya había pasado un buen rato apareció Aitor, que había salido a correr después de trabajar y llegó más tarde. Asique como los espacios estaban justos, le dejé mi lugar y me quedé parada entre el y Anna. Y ya que me encontraron parada y desprevenida con el vaso de vino en la mano me pidieron que diga unas palabras. Asique las palabras fluyeron, sobre lo contenta que estaba de haber recibido a tantos peregrinos en nuestro primer día y de lo bien que había ido todo.
Dicho eso, a lavar. Muy rápido se hizo todo con tantas manos. Entonces para las 9:30 llegó el momento de la reflexión con la vela peregrina en el coro de la iglesia. Prendimos las velas, apagamos las luces y dejamos iluminado el retablo. Cada uno dijo sus palabras en su idioma.

Así cerramos el día de estreno. Un balance muy positivo entre la comunicación entre Anna y yo, la cantidad de peregrinos que vinieron (aunque no se esperaba que esta semana fueran tantos), y su disposición a participar en todo. Sin dudas las expectativas sobre esta experiencia ya fueron alcanzadas, esto es lo que imaginaba antes de venir. Asique ya veremos que más pasará durante los próximos 14 días. Anoche me sentía algo preocupada sobre el desarrollo del día. Hoy me voy a dormir cansada, pero ya quiero que sea mañana.


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EL CUADERNO DE COMPOSTELA Es un blog de Ana Laura Desimone. © | Maira Gall.