Estella-Lizarra es una ciudad que me gustó mucho como para hacer en ella un día de descanso en el Camino, aprovechando que ya desarmamos el grupo, y que también me dolían los pies y uno de los tobillos.
Esta es una ciudad románica monumental que se encuentra a mitad de camino entre Pamplona y Logroño, en una zona de transición entre la montaña y la ribera. Ya en el siglo XV se la llamaba "Estella la bella" y en la actualidad sigue haciéndole honor con sus palacios, casas señoriales, iglesias, conventos y puentes, incluso siendo conocida hoy como "la Toledo del Norte".
Además de pasear por los lugares emblemáticos, estuve yendo y viniendo al albergue San Miguel, donde está mi amiga Susana trabajando como hospitalera. Estuvimos hablando sobre como es acá y como fue para mi el albergue de Grañón, mientras empezaron a aparecer los peregrinos del día.
Hay gente de Italia (Jack y Mirko) de Rumania (Andrei) de Suecia (Sandra), de Canadá (Shayna) y de España. Y nosotras dos, las argentinas.
Como siempre, hay alguno más rarito que los demás. Uno de los italianos tiene un estilo Jack Sparrow, no a propósito, pero tampoco parece importarle que todos se lo recuerden. Andaba con el otro italiano, Mirko, que era chef. Asique se los conocía como un dúo: El Capitán y el Chef.
Ya mañana toca ir hasta Los Arcos, pasando por la fuente del vino de Irache. La vez pasada llegué con una alemana, y mañana al parecer va a ser con un pirata.
