LOS ALBERGUES DE PEREGRINOS

Estos son alojamientos para uso exclusivo de los peregrinos, no para otros turistas, por lo que se presenta la credencial del peregrino para tener acceso a ellos.

La red de albergues es histórica y forma una parte fundamental del Camino de Santiago. La misma se originó tomando como modelo la red de hospitales medievales, que dependiendo de las órdenes monásticas y militares y teniendo el apoyo de la monarquía, atendieron desde los primeros tiempos las necesidades básicas de los peregrinos. Por eso es que muchos de estos albergues ocupan aún hoy edificios de gran valor cultural y patrimonial, como monasterios, colegiatas e iglesias de origen medieval.
Estos albergues permiten al peregrino pasar sólo una sola noche en ellos, excepto en casos justificados, disponiendo de habitaciones compartidas, baños y duchas con agua caliente y espacios para lavar la ropa y tenderla y también acceso a internet. En muchos casos además tienen una cocina equipada a disposición de los peregrinos.

Hay básicamente dos tipos de albergues: los albergues públicos y los albergues privados.
Los albergues públicos pertenecen a una administración pública, a una entidad religiosa, o bien son administrados por alguna asociación, junta vecinal, etc. Estos albergues no admiten reservas, sus habitaciones suelen ser amplias (para unas 50 personas) y su costo ronda los €6, aunque también existen  -todavía- albergues que sólo piden un donativo a voluntad del peregrino, el cual se destina a cubrir los gastos de limpieza y mantenimiento del lugar.
Los albergues privados pertenecen a un particular, su precio habitual es de €10 a €15 y, a diferencia de los municipales, permiten hacer reservas y las habitaciones suelen alojar menor cantidad de personas (6, 10), además las comodidades pueden ser mejores, aunque no siempre es así.

La disponibilidad de alojamiento fuera de la red de albergues existe como en cualquier otro lugar, con hoteles y lugares similares. Si bien estos alojamientos pueden ofrecer más privacidad y comodidad, es en los albergues donde se vive gran parte de la experiencia del Camino de Santiago, que es la de interacción entre peregrinos. Los buenos albergues se caracterizan por la existencia de espacios comunes, cálidos y agradables, junto con la presencia de un hospitalero atento y amable.


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EL CUADERNO DE COMPOSTELA Es un blog de Ana Laura Desimone. © | Maira Gall.