PÁGINA 50: EL REGRESO A CASA

26/6/19

La llegada a Argentina fué durante la mañana del sábado en la que, aunque pasé del verano al invierno, no hacia casi frío.
Decidí desayunar antes de salir del aeropuerto, para aclimatarme al nuevo horario y también, por que no?, para alargar un poco más esa sensación de estar de viaje.
Desde ahí, micro hasta el Luna Park. Después, subte línea B hasta mi barrio: estación Carlos Gardel. El símbolo del Camino en mi mochila seguía ahí, recorriendo también por debajo de la tierra de Buenos Aires.



Esta vuelta está teniendo poco que ver con esos regresos de un viaje en los que se vuelve a lo mismo de antes y se pasa entonces por algunos días de descontento.
En cambio, esta experiencia abrió otras puertas y trajo nuevas posibilidades, y sobre ellas estoy ya trabajando entusiasmada para empezar a concretarlas.
No voy a adelantar mucho hasta encontrarme más segura, pero el rumor dice que después de Buenos Aires vendrán Nuevos Aires, esperándome -en principio- algunos meses más del otro lado del Océano, pero no como turista.

Además, ya estoy en marcha para darle forma a El Cuaderno de Compostela como libro, el cual, espero, se imprimirá en un futuro cercano.
Si bien todavía estoy sumando ideas y descartando otras, por ahora sólo voy a adelantar que el mismo se tratará de una combinación entre guía práctica de viaje, relatos de mis historias y experiencias, y por supuesto, muchas ilustraciones.
Esta será toda una nueva aventura para mí, ya que nunca escribí un libro! Y así es que también continuaré con este blog, compartiendo todo el proceso de escritura, edición y publicación.

Próximamente, novedades!!




PÁGINA 49: MAS ALLÁ DEL CAMINO, LONDRES

25/6/19







Después de haberme ido de Londres, finalmente me siento a escribir sobre ella. Mientras estuve allá, y como ya no iba a seguir hacia otro lugar nuevo, me relajé un poco -o mucho- con respecto al día de esta publicación.
La cuestión es que después de haber pasado el fin de semana en Muxia, volvimos hacia Santiago de Compostela (a la que siempre me alegra volver) para volar desde ahí hasta Londres.
Esta era una cuenta pendiente, ya que de las veces que fui a Europa nunca había llegado hasta ahí, y aunque esta vez también quedaba a trasmano, no dejé pasar la oportunidad y me fuí a visitarla durante 3 días.
La ciudad me recibió gris y con lluvia, asique la acepté y caminé varias cuadras así por Camden Town, hasta el hostel que elegí, instalado en un edificio victoriano restaurado. 
La primera impresión que tuve de la ciudad fue que, además de ser espectacular, también es inmensa, frenética y muy ruidosa. Después de tanto tiempo que estuve andando por pueblos y ciudades chicas y pacíficas, ya me había desacostumbrado a metrópolis por el estilo.
El primer dia entero que tuve lo dediqué a recorrer el paseo a lo largo del Río Tamesis (y sectores cercanos) viendo sus puntos más turísticos, como la Torre de Londres, los puentes, la galería Tate de arte moderno, el mercado Borough, la catedral St. Paul, Westminster Abbey (con el Big Ben cubierto de andamios), el London Eye. Más allá de lo increíble que fue ver esos lugares, sinceramente también me molestó bastante la cantidad de gente. 
Asique al día siguiente, evité el subte y fuí caminando desde Camden hasta el Palacio de Buckinham, pasando en el trayecto por algunos barrios en los que todas las casas son iguales,  y por varios parques (Regent's Park, Green Park y St. James Park), encontrando un ambiente mucho mas relajado, y después visité el edificio que más me gustó: el mercado Covent Garden.
Ese día también volví a encontrarme con uno de los peregrinos que pasó por el albergue de Grañón mientras trabajé ahí. Estando él dentro del rubro de la construcción en Londres, me invitó a un evento que resultó ser una inauguración en la Serpentine Gallery, del pabellón de este año (desde el año 2000 e iniciado por una obra de Zaha Hadid, cada año se presenta un nuevo pabellón en los jardines de la galería, proyecto de un arquitecto extranjero, diseñado y materializado mediante técnicas de construcción digital). Asique sin poder creer mi suerte, me fuí hasta los jardines Kensington (previa adquisición de un atuendo no-peregrino), para llegar hasta la Serpentine Gallery, donde se charló sobre arquitectura, pero mucho más se charló sobre el Camino y sobre el Cuaderno de Compostela, que por supuesto también asistió al evento y no se quedó guardado en la nueva cartera.
Durante el último día volví al mercado Covent Garden y también visité la Galería Nacional. Más tarde, caminé hacia la estación Victoria, desde donde me fuí hasta el aeropuerto Gatwick, y antes de darme cuenta completamente, ya había pasado todo.
El Cuaderno de Compostela -todo dibujado- y yo, estábamos de vuelta en Buenos Aires. 



















PÁGINA 48: UN DÍA EN MUXIA

18/6/19

Ya fuera del Camino, fuimos de paseo hasta Muxia.
Al igual que Finisterre, Muxia tambien se encuentra ubicada en un cabo sobre el océano Atlántico y también está marcada como Km0 de las rutas de Santiago. 
Muchos llegan a ella como parte del epílogo del camino, después de Finisterre o a veces antes, ya que en Muxia está el Santuario de la Virgen de la Barca. Según la leyenda jacobea, esta iglesia es un lugar emblemático ya que se construyó donde la Virgen llegó en una barca de piedra para darle ánimos al Apóstol Santiago.
Además, Muxia tiene el atractivo de poder llegar hasta el mar, caminando entre las piedras (en Finisterre se lo veía desde arriba). 
Sentada en una piedra mirando el horizonte del Océano Atlántico, dejando que las olas me mojen los pies e imaginando los Pirineos por allá atrás mío, sentí mas que nunca las ganas de volver hasta Saint Jean Pied de Port y hacer todo el Camino Francés otra vez. Definitivamente esa es la ruta que más me gusta, ya llegará el momento de volver a recorrerla. 
Por ahora sólo me queda irme de la península ibérica y del querido Camino de Santiago. El cierre de este viaje se hará en Londres.









PÁGINA 46: LA LLEGADA -DEFINITIVA- A SANTIAGO DE COMPOSTELA

15/6/19



Etapa: Padrón / Santiago de Compostela. 24km
Dicen que la tercera es la vencida, aunque en este caso seguro que no aplica.
Por tercera vez llego a la Plaza del Obradoiro, después de haber recorrido el Camino de Santiago, y siempre fue una experiencia y una situación diferente. 
La primera fue en noviembre del 2017, después de terminar mi primer camino francés. Si bien no lo había recorrido en su totalidad, había encontrado en el Camino todo lo más importante: la gente, la experiencia de caminarlo, la sorpresa de la novedad de un viaje por el estilo, la inspiración para volver y hacer algo con eso. Esa vez entré a Santiago por mi cuenta, pero sólo hasta donde empieza el centro histórico. Ahí volví a encontrarme con quien había recorrido conmigo el tramo entre Burgos y León, y llegamos juntos a la plaza del Obradoiro y la Catedral. 
La segunda vez fue hace unas tres semanas, después de haber recorrido nuevamente el Camino Francés, esta vez me dí el gusto de hacerlo entero desde Francia hasta el Océano Atlántico,  llegando con un grupo de 10 amigos y algo más, todos de diferentes lugares del mundo.
La tercera vez, hoy, llegué por mi cuenta, después de recorrer el camino portugués desde Porto. Despues de caminar mas de 1000km, hoy tuve más tiempo para sentarme en frente a la catedral a pensar en todo lo que había pasado desde que salí de Argentina, todo lo que logré hacer de ese plan original que se me ocurrió en marzo del 2018, todo lo que logré que no se me había ocurrido nunca y, por supuesto, pensé en la posibilidad de volver a caminarlo. 
Lo mejor del camino siempre es lo que no se espera, todo lo que llega por sorpresa. Conmigo nunca falló en sorprenderme, será por eso que sigo sin pensar que ya fue suficiente recorrido.
Mientras me siento en un barcito del barrio histórico, espero a que me pasen a buscar para pasar un fin de semana en Muxia, a menos de 90km de Santiago y a 35km de Finisterre. Pero vamos en auto.
Basta de caminar, por ahora.  Ya es hora de un poco de turismo común para estos ex peregrinos del Camino Francés.









Total: 1064km recorridos

PÁGINA 45: EN LA RECTA FINAL. CALDAS DE REYES Y PADRÓN

14/6/19

Etapa Pontevedra / Caldas de Reyes. 22km
Esta fue una etapa corta, y con pocos desniveles, siguiendo a lo largo de la RN-550 o avanzando por senderos de tierra, en la que pasé la marca de los 1000km recorridos a pie desde que empecé el Camino.
A unos 3 km de Pontevedra existe la opción de tomar la Variante Espiritual, que al parecer es cada vez más conocida, pero yo seguí por la ruta original. Como siempre en Galicia, los paisajes son muy verdes.
Cerca del mediodía llegué a Caldas de Reis, localidad famosa por sus balnearios de aguas termales.
El albergue de la Xunta de Galicia estaba ubicado junto al puente románico del río Umia, asique ahí paré.









Etapa Caldas de Reyes / Padrón. 19km
Aunque esta fue otra etapa corta, salí al amanecer. La etapa empezó con bastante niebla, pasando entre sembrados y bosques de eucaliptos y varios desniveles, aunque ninguno muy pronunciado.
Llegando a Padrón, y caminando junto al río Sar, se llega hasta el puente de Santiago, se sube una cuesta y se encuentra el albergue municipal de peregrinos, justo en frente -y con muy buenas vistas- hacia el convento do Carme.
Padrón es famosa por sus pimientos, que se sirven fritos y con sal. La frase dice "Pimientos de Padrón, algunos pican y otros no", se supone que comerlos es la ruleta rusa de los pimientos, pero yo comí y comí (acá y durante todo el paso por Galicia), y nunca me picó ninguno.
Esta es la última ciudad por la que paso antes de mi llegada, la definitiva, a Santiago de Compostela.











Hasta hoy: 1040km recorridos
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EL CUADERNO DE COMPOSTELA Es un blog de Ana Laura Desimone. © | Maira Gall.