Salí cerca de las 7am con el mar por el lado izquierdo. Mi sombra también estaba de ese lado, a diferencia del Camino Francés, en el que se la veía hacia adelante durante la mañana.
Sin lluvias a la vista, el sendero de maderas me llevó junto al mar pasando por A Ver-O-Mar, Aguçadoura y Estela. Después cambió de dirección hacia el este, pasando por zonas de huertas e invernaderos de flores. Más adelante el paisaje volvió a cambiar pasando por un bosquecito de eucaliptos, más parecido a algún paisaje del camino francés.
Después de los árboles llegué a Apúlia, donde volví a encontrar la playa y el primer café del día frente al mar, justo en el momento en que cayó un chaparrón. Mas adelante volvió a salir el sol, y sobre la playa de Apúlia se véió la razon por la cual se la llama "Lugar dos Moinhos": hay varios molinos antiguos, muchos de ellos hoy reciclados y habitados.
Seguí caminando hacia el norte al lado del mar en dirección a Fão, y después de cruzar un puente llegué al destino del día: Esposende. Fue el momento de probar la especialidad de la zona: los pasteles de chila (también llamados "clarinhas").
Seguí caminando hacia el norte al lado del mar en dirección a Fão, y después de cruzar un puente llegué al destino del día: Esposende. Fue el momento de probar la especialidad de la zona: los pasteles de chila (también llamados "clarinhas").
Esta ciudad del distrito de Braga no tiene playa accesible, pero no hizo falta... El centro histórico está lleno de flores, cafés y chocolaterías. Todo lo necesario para una tarde perfecta.