El Camino Portugués, en su paso por Galicia, me trajo hasta la histórica Villa Real de Bayona.
Hoy es una atractiva ciudad turística sobre el mar con un gran club de yates, a cuyo puerto arribó hace cinco siglos la Carabela La Pinta capitaneada por Martín Pinzón, trayendo por primera vez a Europa la noticia del descubrimiento de América.
Para conmemorar este hecho histórico, todos los años en el mes de marzo se celebra en Bayona el aniversario de la Arribada, con una fiesta medieval y una representación teatral de la llegada en los mismos lugares en que la misma ocurrió en 1493. Para esto, y también para que funcione como museo, se construyó una réplica a escala real de La Pinta que se puede visitar en el puerto todos los días, asique ahí fui.
Después de bajar del barco me fuí a visitar la gran fortaleza de Monterreal, recinto amurallado que ocupa la península del Monte Boi, y en el que se asentó antiguamente la villa de Bayona defendiéndose así de los ataques piratas. La península ocupa 18 hectáreas, y la rodean 3km de murallas con grandes puertas, torres y almenadas que datan de los siglos XV, XVI y XVII. Hoy se puede recorrer libremente y además acceder desde las zonas más altas a vistas panorámicas de la ciudad, el puerto y el océano Atlántico.
Después de subir y bajar por todos los rincones que encontré en la fortaleza, me fuí a recorrer el casco histórico, con sus callecitas estrechas y empedradas, templos y casas nobiliarias medievales. Al caer la noche abren un sinfín de bares, muy parecido a algunas calles de Logroño. Entonces no quedó otra que pedir un vino y un pincho, y así ya me sentí de vuelta en España.
